Como reza un eslogan acuñado en el siglo XX, Córdoba está siempre de temporada pero especialmente en verano ofrece con generosidad a visitantes del resto del país y del exterior sus lagos, arroyos, lagunas y ríos, serpenteando entre las sierras o en medio de la llanura.
El disfrute pleno de la naturaleza exige siempre un grado mínimo de conocimiento y el respeto de algunas normas básicas.
La clave suele radicar en consultar a lugareños, guardavidas, bomberos, rescatistas y gente de defensa civil, todos los cuales están en condiciones de advertir que aún el hilo de agua más insignificante puede adquirir en minutos un caudal arrasador.
Todas esas personas pueden brindar información precisa sobre las características de un curso de agua, las zonas profundas y las más llanas. Es bueno tener en cuenta que los ríos cordobeses tienen diverso caudal, profundidad y comportamiento.
Más consejos
- Con alguna antelación suele haber indicios de una crecida, por el tono y color del agua. Cuando se torna marrón y trae espuma, ramas, hojas o basura significa que la creciente está llegando.
- Es necesario estar al tanto de los avisos de tormenta y de las indicaciones cuando se produce el temporal.
- No hay que cruzar vados o puentes que se encuentren tapados por la correntada del agua.
- Las operaciones de rescate las realiza personal entrenado. No hay que arriesgarse sin conocimiento ni sumar problemas a la gente capacitada.
- Respecto al momento indicado para meterse al agua, siempre es preferible hacerlo después de hacer la digestión.
- No hay que consumir alcohol, porque genera pérdida de lucidez y de reflejos, provocando vulnerabilidad.
- El consejo más evidente es el que señala que quienes no saben nadar deben permanecer en las zonas bajas.
- No se debe armar la carpa en cercanías de ríos o arroyos, ni en zonas bajas, ya que una creciente repentina puede sorprender a sus ocupantes mientras duermen.
Niños
Los niños son quienes más disfrutan chapotear en el agua pero, por supuesto, requieren de cuidados especiales:
- Lo más importante es que siempre debe haber un adulto para cuidarlos.
- Flotadores, colchonetas o juguetes inflables deben utilizarse con la supervisión de una persona adulta porque ante la menor pérdida de aire pueden resultar ineficaces para sostener la cabeza fuera del agua.
- Se considera a los chalecos salvavidas como los dispositivos más confiables pero, aún en ese caso, tiene que haber un adulto responsable cerca.
- Son imprescindibles las normas que hay que seguir para garantizar la seguridad de los chicos en casas donde hay piletas.
- Es recomendable tener un cerco seguro y mantenerlo cerrado cuando la familia ya haya salido de la pileta.
- No hay que dejar juguetes en las proximidades de la pileta ni sillas o mesas próximas al muro que los niños puedan emplear para escalar.
- Ante la presencia de niños pequeños hay que evitar dejar baldes, palanganas y/o piletas inflables con agua. Estos elementos tienen ser vaciados y guardados luego de su uso.
PRENSA GOBIERNO DE CÓRDOBA