POR EMILIA ORTEGA.- La política dio un paso adelante el viernes por la noche durante el desarrollo de la Asamblea Legislativa. Primero, porque el presidente Javier Milei dijo todo lo que consideró que debía decir, de la herencia recibida, de lo que realizó en estos primeros días de su gestión, y del futuro con el que sueña. Enérgico, crítico, pero «mensurado» si se tiene en cuenta cómo arrancó su gestión a la hora de dirigirse a la casta. Y segundo, porque el auditorio parlamentario escucho de manera respetuosa todos sus dichos en silencio, sin exteriorizar simpatías o adhesiones, excepto los aplaudidores libertarios y alguno del PRO que vitorearon según el tema. Sólo el diputado nacional gremialista kirchnerista y secretario adjunto de SMATA, Mario «Paco» Manrique, tuvo su «noche de gloria» escuchando el discurso de espaldas. Seguro que buscó ser visibilizado y cobrará ese gesto de rebeldía puertas adentro del gremio de los mecánicos.
Muchos esperaban por poco una batalla campal en el recinto. No fue así y eso fue bueno para la decaída imagen de la política. No hay que olvidar que el rating acumulado de la TV por aire y por cable fue de 50 puntos. Inédito.