POR EMILIA ORTEGA.- Como previa de las elecciones del próximo domingo, cae al dedillo la letra del tango Preparate pa´l domingo que escribió José Rial, que le puso música Guillermo Barbieri, y que hizo popular Carlos Gardel. Si la conocés, la repasamos, si nunca la escuchaste o la leíste, pegale un vistazo:
Preparate pa’l domingo si querés cambiar de yeta
Tengo una rumbiada papa que pagara gran sport
Me asegura mi datero que lo corre una muñeca
Y que paga, por lo menos, treinta y siete a ganador
Vos no hagas correr el dato, atenete a mis informes
Deja que opinen contrario La Jornada y La Razón
Con mi dato pa’l domingo podés llamarte conforme
Anda preparando vento; cuanto más vento, mejor
El bacán que con empeño
Me asegura tanta guita
Me ha pedido que reserve
La rumbiada que me da
Vos no hagas correr la bola
Entre gente que palpita
Porque estos datos pulentas
Se brindan por amistad
Deja que los entendidos palpiten sangre y aprontes
De toda la parentela de la raza caballar
Yo me atrevo a asegurarte que ha de ganar al galope
El potrillo Patas Blancas, hijo de Necesidad
No te violentes al vamos porque es larga la tirada
Y al mirar dos patas blancas cruzando el disco final
Acamala tu fortuna con treinta y siete por barba
Después te espero en el Conte, pa’ poderla festejar
Los amigos se cotizan
En las buenas y en las malas
A mí me dieron la chaucha
Y la reparto con vos
Con esos cuantos manguillos
Se acabarán nuestras penas
Y entonces si que podemos, viejo
Podemos decir que hay Dios
La diferencia entre la expectativa de los dos amigos burreros de cara a la fija que le datearon para el domingo en el hipódromo y la de los ciudadanos argentinos de cara a las Paso del fin de semana es que aquellos muchachos de antaño estaban ilusionados en salvarse, en cambiar la suerte. Hoy la cosa es más fulera porque si bien el presente es de mishiadura, a cambio de ilusión en la gran mayoría hay desilusión y asoma en el horizonte un desteñido verde esperanza. No hay un candidato que llene. Y ya que estamos con temas turfísticos, no hay una fija segura para arriesgar toda la guita.
El domingo hay elecciones. Pero son Paso y nada se va a solucionar. Sólo definirá el candidato a presidente de Juntos por el Cambio y del trotskismo, y para el resto será una encuesta, saber dónde están parados, para planificar la campaña hasta octubre. ¿Cómo haremos para llegar a octubre con este panorama?
Lejos de actos de campaña, de spots creativos y sensibleros que convenzan a la gente a quién votar, hoy los candidatos piden por favor a la gente que vaya a votar. No hacen propuestas de campaña sino que mendigan a los ciudadanos cumplir con el compromiso de sufragar.
Un cierre de campaña teñido de violencia e inseguridad. Una niña de 11 años que iba a la escuela terminó muerta por un celular. Un médico que pasaba por la casa de su madre termina con un balazo. Un manifestante de izquierda muere en el Obelisco tras ser detenido (no queda claro el motivo), miles de personas que regresaban de trabajar e iban a tomar el tren a Constitución no pudieron hacerlo por varias horas porque un grupo de manifestantes cortó las vías por un reclamo y como consecuencia de eso hubo incidentes. Todo bajo un relato de propaladores mediáticos que tironean para un lado y para el otro, para uno y otro extremo de la grieta, el enfoque y la opinión. Cada uno tratando de hacer responsable al otro aunque queda claro que los responsables son todos.
«La violencia y la inseguridad favorece a la derecha», gritan algunos. «Bullrich se debe estar relamiendo», especifican otros. «En silencio Milei y los suyos creen que este es un perfecto cierre de campaña para ellos», aseguran por allá. Rodríguez Larreta pone el grito en el cielo defendiendo el accionar de la policía de la ciudad, por las dudas que lo crean un débil y para que no se le sigan yendo votos para el lado de Patricia.
Lo cierto es que lo ocurrido en las últimas 48 horas lo único que va a generar es que vaya menos gente a votar. La desesperanza, la bronca, la impotencia, la falta de candidatos que generen algo de ilusión, paraliza a los argentinos que empiezan a pensar peligrosamente que lo mejor es no involucrarse, ya no para hacer pública su opinión, sino para no ir a cumplir con uno de los derechos más sagrados de la democracia: el de votar.
El país está «manoseao» en el lodo de una mala política de la que no puede salir y solo permite ver la dura realidad a través de la óptica de Amba. Juan Schiaretti es el único candidato del profundo interior. Una muestra de que otra visión que no sea la del puerto es difícil de conseguir, al menos en lo inmediato. Sergio Massa no se sonroja prometiendo parar la inflación «cuando sea presidente», siendo que es ministro de Economía y sólo amenaza con meter preso algún arbolito en la City porteña. La política argentina nunca deja de sorprender: ¡Hay que ser ministro de Economía con ciento y pico por ciento de inflación interanual y con casi la mitad de la población pobre y pretender ilusionar con ser el salvador de la Patria! Mientras Juan Grabois llama la atención en algún sector joven que alguna vez creyó que Cristina Fernández de Kirchner podía ser la reencarnación de Evita y ahora no la ve ni siquiera en TV dando sus clases magistrales.
Pero, mal que mal, la gente empezará a definir el panorama el domingo.
Queda claro que los amigos burreros de antaño que describía el tango estaban más ilusionados en concurrir el domingo al hipódromo que los ciudadanos de hoy en ir el domingo a votar.
Cuesta abajo en la rodada…