POR EMILIA ORTEGA.- «Tanto va el cántaro a la fuente que se rompe» solía decir mi abuela. Algo de eso pasó con Javier Milei en las Paso. Instaló su personaje y sus ideas como panelista, columnista y entrevistado en la televisión. Luego se animó a ser lo que más desprecia: político. Fundó un partido, La Libertad Avanza, se postuló y fue elegido como diputado nacional, se animó a jugar la mayor apuesta de su vida, la de intentar llegar a la Presidencia de la Nación. Por ahora ganó las Paso y da la sensación de que todo depende de él, llegar o no a al Sillón de Rivadavia. Es la única variable: gana o pierde él.
Alborotó el escenario de la política y empieza a ser mirado con otros ojos: con más temor lo hacen aquellos que lo creen un loquito. Con más atención y cuidado los que saben que cuenta con serias chances de ser el que reciba la banda presidencial que tiene, pero no luce, Alberto Fernández. Ya hay gobernadores que imaginan su mandato provincial con Milei como presidente.
¿Por qué ganó Milei las Paso? Por dos razones: odio e ilusión.
* Odio a la política y en especial a los políticos de parte de mucha gente que recorrió con su vida los 40 años de democracia y experimentó que con ella no se come, no se educa ni se cura», como prometía Raúl Alfonsín allá por 1983.
Entonces, un buen número de ciudadanos entrados en edad votó a Milei porque lo considera la única posibilidad de descargar el odio y de no ser complaciente con los políticos que desprecia. Si se abstenían terminaban favorenciéndolos. Igual fue alta la ausencia de ciudadanos yendo a las urnas.
* Ilusión de muchos jóvenes que ven en Milei alguien nuevo, con pose de rockstar, con imagen, discurso y posturas de un super héroe de comics, que no tiene reparos en decir lo que le viene a la boca contra la política y los políticos. Casta es el sello de su historia dentro del mundo de la política. Así entró y así se lo recordará más allá de la duración y de los resultados de su recorrido por estos escenarios.
Muchos creíamos que la gente iba a votar sin ilusión, pero casi todos nos equivocamos porque había un sector agazapado para votar a Milei, la única ¿la última? ilusión para ellos.
Se decía que los argentinos no protestaban, eran mansos ante un escenario político y económico dramático como el que se vive. Se decía que ya nadie salía a la calle a protestar y que solo descargaban en el anonimato de las redes el vómito de su bronca.
Esta Paso fue el cacerolazo más democrático de la historia. La gente no utilizó ollas ni sartenes en la esquina de su casa para marcar el enojo y la preocupación. En cambio, en silencio, esperó el momento como el mejor tiempista, y utilizó la herramienta más sagrada que tiene la democracia, el voto, para dejar en claro lo que quería con un mix de odio e ilusión.
Milei fue visibilizado e identificado por su look, por su manera de decir las cosas y por algunas de sus propuestas rimbombantes: permitir la venta de órganos como si se comprara una pizza o un par de zapatillas. Portar armas para contribuir al fin de la delincuencia, volver atrás con la ley del aborto y dolarizar.
«Si llega no podrá hacer nada de eso», dicen por un lado. Es cierto que necesitará de mayorías en el Congreso de la Nación para poder impulsar muchas de sus iniciativas y por los números conseguidos en las pasadas elecciones todavía está lejos de tener una amplitud de bancas ocupadas por los suyos en ambas cámaras. Además, gobernaría sin un solo mandatario provincial de su espacio. Nada de esto impide que sea el próximo Presidente de la Nación. Y por las dudas asegura que, de no haber consenso, tendrá a mano la herramienta del plebiscito.
Reivindica las presidencias de Carlos Saúl Menem y del exministro de Economía Domingo Cavallo, y hasta parece homenajear al riojano con sus abundantes patillas.
Vivo, Mauricio Macri fue el primero en dejar en claro que lo felicitó por su victoria el mismísimo domingo. Obvio que no fue cariño ni un gesto de político civilizada. Fue un intento de Macri de ser el primero que se le acerca tras la compulsa electoral. ¿Lo que no pudieron acordar entes de las elecciones podrán hacerlo ahora? Para nada. Milei creció en cuerpo y alma demasiado como para recibir a otros gigantes del pasado para negociar. Hasta aquí el exarquero de los juveniles de Chacarita Juniors llegó solo, como su hermana como única gurú, no hay razón para cambiar de caballo en medio del río.