Boca Juniors igualó 0 a 0 ante Palmeiras este jueves por el partido de ida de una de las semifinales de la Copa Libertadores y ahora todo se definirá en el desquite que se jugará el jueves próximo en San Pablo.
El «xeneize» tenía la obligación de ganar para poder ir con más tranquilidad a la revancha, pero más allá de que fue superior y mereció haber ganado el encuentro, sigue sin poder cortar su racha de no poder vencer en la Bombonera, donde su última victoria fue el 18 de agosto pasado ante Platense por 3 a 1, por la primera fecha de la Copa de la Liga.
Esta vez mostró una mejor cara en lo futbolístico, pero le faltó certeza para definir en el arco adversario esa superioridad.
Los juveniles Valentín Barco y Ezequiel Fernández, cada uno a su manera, fueron sus puntos más altos.
Lo del «Colorado» ya dejó de ser promesa para ser una grata realidad, mientras muchos se preguntan cual es su posición, si defensor, volante o extremo, él sigue con su picardía con la pelota, su criterio al buscar al compañero mejor posicionado y su buena pegada para convertirse en el que marca la diferencia.
En tanto «Equi» apareció cuando su equipo más lo necesitaba, cuando en el momento que los volantes de los visitantes manejaban el medio se convirtió en «patrón» y salida teniendo de ladero a Guillermo «Pol» Fernández, que sigue lejos de su nivel.
El «Verdao», para muchos el rival más difícil de la Copa, tuvo sus armas de siempre, ya que sin lujos sabe a lo que juega, presiona siempre en campo rival, aunque hoy mostró ciertas falencias defensivas cuando Boca lo atacó, especialmente en el final de la etapa inicial.
En la primera parte Boca fue superior a Palmeiras y tuvo varias situaciones para ponerse en ventaja, pero una el arquero Weverton y otra por la mala puntería a la hora de definir, hicieron que la igualdad en cero castigara al que mejor había hecho las cosas.
El juego fue de menor a mayor, y de entrada parecía el campo un gran tablero de ajedrez donde cada equipo movía las piezas según lo que hacía el otro.
Después de muchas versiones en lo previo, el entrenador Jorge Almirón volvió a insistir con el doble cinco entre los dos Fernández, con Cristian Medina más tirado por derecha y Barco más de interior o por izquierda, pero esta vez Edinson Cavani no estuvo solo y contó con Miguel Merentiel de ladero por ambos costados.
Palmeiras no resalta por su juego atildado, ya que su mayor virtud es saber esperar y tratar de lastimar a donde más le duele al adversario.
Se acopló bien en el medio con el tándem Ze Rafael, Menino y Raphael Veiga y lanzaba pelotazos a las espaldas de los defensores locales, y así dos veces lo tuvo Rony, una terminó con un remate apenas desviado y otra con un cabezazo arriba del travesaño.
Después de los 25 minutos, los locales otra vez con el pibe Barco como su figura más desequilibrante y a medida que se imponía «Equi» Fernádez en el medio, con el ímpetu necesario para este tipo de partidos, los locales tuvieron su mejor momento y las llegadas más claras.
A los 15 minutos, un centro de Barco fue conectado de cabeza por Cavani apenas desviado.
A los 29 minutos otro centro del «Colo» no pudo ser desviado en el área chica por el «Matador» uruguayo y dos minutos después Weverton le sacó el gol a Merentiel y luego a Barco.
Boca era más ante un Palmeiras que había atenuado su resistencia y parecía que Boca lo tenía cerca de las cuerdas.
Pero a quien había sido mejor le faltó el golpe de nocaut para establecer la justicia en el marcador que merecía.
En el complemento los de Almirón bajaron el ritmo y aunque volvieron a tener ocasiones para ponerse en ventaja, ya el dominio no era tan ostensible.
A los 5 minutos a través de Veiga, Palmeiras tuvo su situación más clara pero su remate salió apenas alto.
Después ingresaron Darío Benedetto, Lucas Janson. Exequiel Zeballos, con lo que el técnico Almirón tiro todo en cancha, pero ya no estaban ni Barco ni «Equi», y no era lo mismo.
El final fue de tibios aplausos, con más desazón que esperanza, porque algunos rendimientos como el de Cavani, bien con la pelota, pero no acierta a la hora de convertir, y el de «Pol», no estuvieron a la altura de las exigencias.
Palmeiras se fue con el deber cumplido, el de no perder, y ahora la semana próxima la historia será diferente y tendrá que salir a ser protagonista, un rol que quizás le cuesta.
Todo quedó abierto, las chances de uno y del otro, el jueves será la verdad y se sabrá si hoy Boca perdió su oportunidad o consigue su objetivo en la búsqueda de su séptima Libertadores.
Ahora se le viene de local el superclásico ante River el próximo domingo desde las 14 por la séptima fecha de la Copa de la Liga Profesional, y después la cabeza estará puesta en la revancha con Palmeiras por una de las semifinales de la Libertadores, el próximo jueves en el Allianz Park, de San Pablo, desde las 21.30.
El ganador de esta serie jugara ante el clasificado entre Internacional, de Porto Alegre y Fluminense, que igualaron 2 a 2 en el primer encuentro en Río de Janeiro. La final de la Copa será el 4 de noviembre a las 17 en el estadio Maracaná.
FUENTE: TÉLAM / POR EDUARDO MARTÍNEZ
FOTO: PRENSA BOCA JUNIORS